El crowdfunding inmobiliario consiste en un grupo de personas que unen sus recursos financieros para invertir en propiedades. Esos recursos se utilizan para comprar una propiedad en el acto o para ayudar a los promotores inmobiliarios a través de un préstamo.
El crowdfunding busca recaudar una determinada cantidad de capital. Esa cantidad puede recaudarse de un pequeño número de personas que inviertan grandes cantidades de dinero, o de una gran cantidad de personas que contribuyen con un pequeño porcentaje del total.
Cuando un inversor aporta fondos a una oportunidad, es dueño de una parte del capital de la propiedad. Esta es una diferencia clave entre el crowdfunding y los préstamos entre particulares.
Una vez que se compra la propiedad, las ganancias se dividen entre los inversores según el porcentaje del total que cada uno haya invertido. Las ganancias obtenidas provienen de los rendimientos por alquiler y revalorización del capital, o de intereses, en el caso de que la inversión haya sido en forma de préstamo.
Los montos de inversión más pequeños implican que los beneficios del crowdfunding inmobiliario pueden ser percibidos tanto por el inversionista como por el receptor de los fondos. Es una forma rápida de recaudar grandes cantidades de dinero y permite a las personas destinar montos más pequeños a inversiones en las que de otro modo no podrían participar.
La inversión conlleva riesgos, incluida la pérdida de capital y la falta de liquidez. Lee nuestra Advertencia de Riesgo antes de invertir.