Por Marie Buffiere | Bricksave
Abril 22, 2023
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Para la mayoría de las personas, el mundo de las inversiones puede parecer una montaña rusa llena de altibajos inesperados. Sin embargo, la inversión inteligente consiste en comprender los ciclos económicos y saber cuáles son los momentos adecuados para invertir en diferentes tipos de activos.
Se llama ciclo económico a los patrones recurrentes de expansión y contracción que enfrenta toda economía. Hay cuatro etapas principales: expansión, pico, contracción y depresión. Cada una de ellas tiene sus propias oportunidades y desafíos, particularmente para los inversores.
También conocida como la etapa de crecimiento o auge, la expansión se caracteriza por una mayor actividad económica, bajo nivel de desempleo, aumento de la confianza de los consumidores y las empresas, y mayores ganancias corporativas. Esto hace que sea un buen momento para invertir en acciones y bonos, así como en bienes inmobiliarios y otros activos. En esta etapa, los inversores buscan maximizar las recompensas potenciales existentes y prestarán una especial atención a las siguientes estrategias de inversión:
Inversión en crecimiento: consiste en invertir en empresas que se espera que crecerán más rápido que el promedio del mercado. Esto incluye empresas de productos o servicios innovadores (las empresas de tecnología y las empresas de atención médica son un buen ejemplo), que tienen un fuerte aumento en sus ganancias o altas tasas de crecimiento de sus ingresos.
Inversión en empresas cíclicas: son empresas que se espera que tengan un rendimiento particularmente bueno durante los períodos de expansión económica, pero a las que les va mal durante las épocas de recesión. Algunos ejemplos son las empresas de los sectores de la construcción, automotriz y minorista. Esto se debe a que, en épocas de expansión, la gente tiene más dinero para invertir en desarrollos inmobiliarios y los consumidores están más dispuestos a gastar su dinero en automóviles y otros bienes costosos.
Propiedades: invertir en bienes inmobiliarios también es muy frecuente, ya que durante la fase de expansión, el valor de las propiedades aumenta y también lo hacen las tarifas de alquiler, proporcionando a los inversores ingresos constantes y crecientes. Además, los bienes inmobiliarios pueden ser una buena protección contra la inflación, ya que el valor de las propiedades tiende a aumentar a la par que los precios de otros bienes y servicios.
Por supuesto, todo lo bueno se termina, y la fase de expansión no es una excepción a esta ley. La etapa del pico o cima es el punto del ciclo en el que el crecimiento económico comienza a desacelerarse. Los inversores están atentos a las señales que indican que la fase expansiva del ciclo económico está terminando o está por terminar. Algunas de estas señales suelen ser el aumento de la inflación y el desempleo, la caída de la confianza del consumidor y un incremento en las tasas de interés. Además, los inversores siguen de cerca otros indicadores económicos como el crecimiento del producto bruto interno (PBI), el nivel de producción industrial y la desaceleración de la actividad de construcción. Si estos indicadores comienzan a descender, es probable que la fase expansiva haya tocado techo y esté llegando a su fin.
En esta etapa, los inversores comienzan a ser más cautelosos. También suelen comenzar a adoptar una estrategia de inversión más defensiva. Esto podría implicar vender algunas de las inversiones de mayor riesgo, más centradas en el crecimiento, e invertir en su lugar en empresas menos sensibles a la desaceleración del ciclo económico. Algunos ejemplos pueden ser empresas del sector de la salud, los servicios públicos (empresas que brindan servicios esenciales, como agua, electricidad, gas y telecomunicaciones) y productos básicos de consumo (empresas que venden productos básicos de uso cotidiano, como negocios de alimentos y bebidas, supermercados, tiendas de alimentos y fabricantes de productos para el cuidado personal). El rendimiento de estas empresas tiende a seguir siendo bueno incluso durante las recesiones económicas.
En la cima del ciclo económico, la inversión inmobiliaria también tiende a desacelerarse. El pico suele ser el momento en que los precios son más altos y es cuando existe el mayor potencial para una corrección del mercado. Por lo general, es más sensato invertir en bienes inmobiliarios cuando el mercado está más bajo y los precios son más atractivos. Durante la etapa del pico, puede ser acertado que los inversores mantengan una parte importante de su cartera en efectivo o equivalentes del efectivo, como los fondos del mercado monetario. Esto puede servir para protegerse de la volatilidad del mercado y proporcionar liquidez para futuras inversiones.
Si no sabes cuál es la fase de contracción económica, mira a tu alrededor; esa es la etapa en la que se encuentra el mundo en este momento. También conocida como «recesión», la etapa de contracción es cuando se observa una caída de la actividad económica, un aumento del desempleo y menores ganancias corporativas. Las empresas comienzan a tener dificultades y en muchos hogares resulta más difícil llegar a fin de mes.
Durante esta etapa, los inversores son más cautelosos a la hora de decidir dónde invertir. Priorizan las inversiones defensivas como las que ya mencionamos. Además, durante las contracciones económicas, la inversión en «valor» también se vuelve más popular. La inversión en valor consiste en encontrar empresas que están infravaloradas por el resto del mercado y que, por lo tanto, son «más baratas» para la compra. Los inversores suelen tener bastante éxito durante las recesiones mediante la estrategia de identificar empresas infravaloradas y conservarlas a largo plazo.
De manera similar, a menudo puede ser buena idea invertir en bienes inmobiliarios durante una recesión. Los precios de los bienes inmobiliarios pueden ser más bajos y suelen haber más oportunidades de crecimiento si logras encontrar propiedades atractivas que continúen generando ingresos de alquiler constantes y recuperen su valor con el tiempo. Sin embargo, también es importante ser consciente de los riesgos potenciales asociados con la inversión en tiempos de recesión, tales como la caída de los alquileres y las limitaciones para vender. En momentos como estos, los bienes inmobiliarios deberían considerarse una inversión a largo plazo y no a corto plazo.
La etapa de depresión de un ciclo económico es el punto más bajo antes de que comience la recuperación. En esta fase, el crecimiento del PBI, el nivel de producción industrial y otros indicadores económicos suelen encontrarse en su punto más bajo. Durante esta etapa, la tasa de desempleo está en su nivel más elevado, las empresas están cerrando y la confianza del consumidor está en su punto más bajo. En otras palabras, cuando se llega al punto de depresión ¡la única dirección posible es hacia arriba! Luego, el ciclo comienza nuevamente con la recuperación económica, que presenta una mayor demanda por parte de los consumidores y las empresas, una recuperación del empleo y un retorno del crecimiento. Antes de que te des cuenta, la economía vuelve a una fase de expansión.
La realidad es que es muy difícil predecir los cambios en el ciclo económico, ya que no es fácil determinar cuándo terminará una fase y comenzará la siguiente. Por ejemplo, solo sabrás que se ha alcanzado el punto de depresión –el punto más bajo– cuando los indicadores económicos comiencen a recuperarse. Por eso, la mayoría de los inversionistas no encuentra mucho sentido en tratar de predecir los movimientos del ciclo económico; es más importante poseer una cartera diversa de activos que respondan de manera diferente en diferentes fases, lo que les permite distribuir el riesgo y no quedar atrapados cuando cambian los tiempos.
Afortunadamente, las inversiones inmobiliarias pueden jugar un buen papel en todas las fases del ciclo económico. En tiempos de crecimiento, pueden generar buenas ganancias gracias a que el valor de las propiedades tiende a aumentar durante los períodos de expansión. Los bienes inmobiliarios también pueden ser un refugio seguro para los inversionistas en tiempos de incertidumbre. Además de que los valores de las propiedades tienden a ser más estables que las inversiones en el mercado de valores, los bienes inmobiliarios pueden seguir generando flujos de efectivo constantes en ingresos por alquiler.
Los bienes inmobiliarios también son un valioso diversificador de carteras, ya que normalmente se comportan de manera diferente a otros activos como las acciones y los bonos. Esto significa que cuando una clase de activos tiene un mal rendimiento, los bienes inmobiliarios pueden funcionar mejor. Por otra parte, además de proporcionar un ingreso estable, realizar inversiones inmobiliarias durante la etapa de depresión puede brindar a los inversores la oportunidad de comprar a precios reducidos y luego obtener ganancias cuando el mercado se recupera.
Finalmente, si te preocupa pensar si este es un buen momento para invertir, vale la pena recordar las palabras de Warren Buffett. Dijo: «Ten miedo cuando los demás sean codiciosos y sé codicioso cuando los demás tengan miedo». Si aplicas esa lógica, este podría ser un buen momento para ser codicioso.
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La inversión conlleva riesgos, incluida la pérdida de capital y la falta de liquidez. Lee nuestra Advertencia de Riesgo antes de invertir.